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Bárbara Rey / Fundadora y autora de Longevity Initiatives

'Las personas mayores son un grupo altamente heterogéneo y no pueden ser etiquetados como un colectivo uniforme'

“Como sociedad, debemos tener una nueva mirada hacia lo que es hacerse mayor y como individuos, tenemos que cambiar el modelo hacia una visión positiva, proactiva y preventiva”, expone la fundadora de Longevity Initiatives. Combatir la soledad y el aislamiento, mejorar la salud, apoyo en los cuidados y tecnologías adaptadas a las personas mayores. Estas son, para Rey, las cuatro áreas de desarrollo que hay que atender en lo que respecta al colectivo senior. De esto y otros temas de interés nos habla la experta en esta entrevista

M.S. / EM 12-09-2022

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Pregunta.- Nada más abrir la página web www.longevityinitiatives.com nos encontramos con lo siguiente: ‘Descubre los retos y oportunidades de la Nueva Longevidad’. ¿Qué aspectos caracterizan esta nueva longevidad a la que se refieren en este espacio?

Respuesta.- La nueva longevidad se caracteriza, justamente, porque nunca los seres humanos hemos vivido tantos años. Se estima que en breve la esperanza de vida estará en 100 años y que en poco tiempo se alcanzará el umbral natural de unos 120 años. Esta situación sin precedentes en los que poder basarnos, implica movernos en un nuevo paradigma que, lamentablemente sigue condicionado por una vieja narrativa y sesgado por mitos y hechos anacrónicos. Como sociedad, debemos tener una nueva mirada hacia lo que es “hacerse mayor” y como individuos, tenemos que cambiar el modelo mental hacia una visión positiva, proactiva y preventiva.

P.- ¿Cuáles son esos rasgos en los que, en mayor medida, ha cambiado la vejez de hoy si la comparamos, por ejemplo, con la hace dos décadas? Es decir, ¿cómo ha sido la evolución hasta esta Nueva Longevidad?

R.- Son muchas las cosas que han cambiado. Por enumerar algunas, diría que la edad biológica se desmarca de la edad cronológica y esto es un cambio radical en la forma de ver a la vejez. Vejez ya no es sinónimo de enfermedad, se prevé que vivamos la mayor parte de nuestra vida gozando de más o menos buena salud. La gente mayor de hoy es mucho más activa y desea seguir involucrada socialmente. Las personas mayores son un grupo altamente heterogéneo y no pueden ser etiquetados como un colectivo uniforme. Gracias a mayor nivel de educación y de interacción intergeneracional, las personas mayores cada vez se acercan y utilizan más la tecnología. Hay bastantes más rasgos, pero estos son los principales.

P.- En este contexto, usted decide adentrarse en la investigación, formación y desarrollo de proyectos relacionados el envejecimiento. Más en detalle, ¿cuál es la misión de Longevity Initiatives?

R.- Mi misión es doble, por un lado, desarrollo y divulgo contenidos relevantes para generar conciencia entre las personas y así puedan gestionar de forma positiva, proactiva y preventiva su vida para vivir muchos años. Les ayudo a cambiar su modelo mental frente a la vejez. Por otro lado, asesoro y acompaño a empresas que desean lanzar productos y servicios dirigidos a este singular segmento de mercado, pero no saben bien cómo son, qué necesitan, cuáles son sus deseos, ni como comunicarse con las personas mayores o senior.

P.- ¿Qué le lleva a dedicarse al mercado, por así decirlo, de las personas mayores?

R.- Toda mi vida he trabajado en marketing, llevo casi 30 años en esta fascinante disciplina. En un momento, comencé a darme cuenta que, a pesar de trabajar en un laboratorio farmacéutico y de dedicarme a cremas de belleza antiedad, cada nuevo lanzamiento era para “mujeres entre 35 y 558 años”, en el mejor de los casos. Esto llevó a preguntarme: ¿Qué pasa con la gente a partir de esa edad? ¿Ya no necesitan nada? ¿Dejan de consumir? ¿Son invisibles?... A partir de entonces comencé a investigar y a conocer en profundidad como son las personas mayores hoy, y ya no pude parar porque el tema me tiene totalmente enamorada.

P.- Y si nos referimos, en concreto, a las mujeres de más edad. ¿Guardan muchas diferencias la longevidad femenina con la de los hombres?

R.- La respuesta rotunda es sí. Se habla de “feminización de la vejez”, de hecho. Hay más mujeres mayores que hombres, las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres, pero desarrollan más enfermedades (especialmente crónicas) y suelen quejarse más que los hombres. Al vivir más años, son más propensas a vivir los últimos años de su vida en soledad, debido a que enviudan. También las mujeres son más propensas a desarrollar enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. En términos económicos, las mujeres mayores cobran, de media, un 32% menos de pensión que los hombres (aunque esto se irá equilibrando con el tiempo). Las mujeres son las grandes tomadoras de decisiones económicas y tienen una visión de la jubilación más realista que los hombres. Las mujeres son también, las grandes cuidadoras, se habla de “mujeres que cuidan de mujeres”. Podríamos decir que requieren un abordaje específico dadas sus características.

P.- ¿Se siguen enfrentando, ellas, a una injusta doble discriminación por cuestión de edad y de género? ¿De qué manera, como sociedad, podemos revertir esta tendencia?

R.- Lamentablemente y muy a mi pesar, debo decir que sí. Hay una doble discriminación, por género y por edad e, incluso una triple, porque, tristemente, las mujeres mayores tienen los niveles educativos más bajos: incluso, sigue habiendo cerca de un 5% de mujeres mayores de 65 años sin ningún tipo de educación. Esta situación, sumada a todo lo comentado anteriormente, hace que muchas veces tengan dificultad para comprender cosas complicadas (gestiones bancarias, por ejemplo). Esto no es porque son mayores, sino porque no han accedido a la educación. Hay que entender esto muy bien para poder explicarles las cosas y ayudarlas. Por suerte, actualmente, las mujeres jóvenes, tienen los niveles de educación más altos (por encima de los hombres) y poco a poco esta situación irá cambiando.

P.- o cierto es que, aunque algunos sectores todavía se resisten, nos encontramos ante un mercado lleno de oportunidad. ¿Cuál es, en su opinión el gran potencial del colectivo senior para las empresas?

R.- El gran potencial se esconde de algo muy simple, pero que pocas empresas practican: Escuchar a los mayores. Hay que involucrarlos en el proceso de desarrollo de productos y servicios. No hay que tratarlos con condescendencia, y mucho menos pensar por ellos. Sobre todo, hay que involucrar a las mujeres maduras, bien sea como talento senior o como consumidoras relevantes que pueden dar las pautas de nuevos productos. En resumen, se podría resumir en cuatro grandes áreas de desarrollo: Combatir la soledad y el aislamiento, mejorar la salud, apoyo en los cuidados y tecnologías adaptadas a las personas mayores. Casi todos los productos relacionados con estos ámbitos están desarrollados por hombres jóvenes y muchas veces no es que la persona mayor “no se adapta”, es que el producto no está co-diseñado por y para ellos.

P.- El sistema de cuidados y atención a las personas mayores está viviendo un proceso de reformulación, especialmente tras la pandemia. ¿Qué pilares deberían sustentar este nuevo modelo del que tanto se habla?

R.- Esta es una pregunta muy sensible y yo tengo una visión muy personal al respecto que puede que no esté compartida por todo el mundo. Para mí, la clave está en empoderar a las personas, comenzar a trabajar en planes de concienciación no solo de salud, sino también de gestión del patrimonio y sobre la importancia de las relaciones en el marco de una larga vida. Siempre digo que “envejecemos como vivimos” y si, a lo largo de nuestra vida, velamos por una buena longevidad, podremos disfrutar de una larga vida, con más o menos buena salud, sin grandes dependencias y enfermedades crónicas, podremos vivir de acuerdo con la tendencia actual de “envejecer en casa”, adaptando nuestra vivienda y apoyándonos en la tecnología, tendremos una red de contención social robusta, bien sea en la familia, amigos o la comunidad. En resumen, los pilares serían: empoderamiento, autonomía, entorno y libertad. ¡Al menos esto es lo que quiero para mí misma dentro de algunas décadas!

P.- ¿Qué lecciones nos ha dejado la pandemia en lo que a cuidados de personas mayores y/o con dependencia se refiere? ¿Considera que hemos podido abrir los ojos ante aquello que no se estaba haciendo adecuadamente en nuestro sistema de atención?

R.- La pandemia ha sido una de las cosas más tremendas por las que hemos tenido que pasar, pero es cierto que ha dejado algunas cosas buenas. En cuanto a las personas mayores, ha puesto de manifiesto la tremenda solidaridad que hemos demostrado como sociedad en su conjunto, desde las cosas más pequeñas como una simple llamada telefónica, llevarles la compra, las medicinas, clamar por una mejor atención médica, etcétera. También siento que se ha disparado la interacción intergeneracional entre jóvenes y mayores, rompiendo ciertas barreras y prejuicios. Adicionalmente, la tecnología logró abrirse paso con los más mayores para poder facilitar la comunicación y el contacto con el mundo exterior. Por último, diría que ayudó a tomar consciencia sobre la importancia de la prevención y el mantenimiento de un buen estado de salud. En cuanto a nuestro sistema de atención, creo que el problema es que sigue siendo parcial es decir, ver a la persona como una suma de órganos que se tratan de forma independiente, reactivo porque se trata a la persona cuando la enfermedad o el problema ya está ahí y general porque se aplican protocolos de atención masivos, en lugar de ver a las personas mayores como un todo (holísticamente), trabajar en modelos robustos de prevención y de forma personalizada de acuerdo a la edad biológica, historia de vida, entorno, etcétera.



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